No hay una razón en específico que despierte esto que siento. Hasta ahora solo ha aparecido y de la misma forma se ha ido.
Quizás no sea nada, tal vez sea un pequeño ataque de histeria. Lo más probable es que solo sea algo pasajero.
Lo cierto es que he tratado de verlo desde un punto de vista sosegado ya que me parece algo sumamente normal; supongo que este tipo de sentimientos los ha de tener todo el mundo, ¿no?
Es que se trata de una especie de calor que va aumentando poco a poco, que se va apoderando de mi lentamente. La gente deja de ser un individuo y comienza a pertenecer a una gran masa sin rostro, los sonidos que emiten se asemejan a graznidos y todo cuanto me rodea no es más que paredes que se van acercando más y más hasta reducir mi espacio al mínimo.
Es una sensación extraña sentirse claustrofóbico al aire libre. La agorafobia me esta haciendo una mala jugada.
No soy un paranoico, pero es que siento que todo el mundo me mira. No pienses que estoy loco, no soy esquizofrénico.
Por más que he tratado de pasar desapercibido, no puedo evitarlos, lo único que siento es que ellos me ven y se ríen.
Siento que se han despertado unas ganas incontenibles de encender una antorcha con mi odio, correr entre la muchedumbre y prenderlos a todos con toda mi rabia al rojo vivo.
Hoy quiero ver desaparecer la última pareja de pandas, estoy harto de ver como les suplican para que follen.
No quiero saber mas nada ni de África ni del manatí del Amazonas.
Hay un sonido agudo que retumba en mis oídos y las palabras que revolotean en mis pensamientos martillean mi mente sin cesar.
Hoy es uno de esos días en que quiero ver el mundo arder y sentarme en un rincón mientras las maravillas caen sobre sus pilares.
Hoy es uno de esos días en que solo deseo ver el mundo un lugar feliz porque ha desaparecido.
Los dientes me duelen por lo apretado de mi mandíbula. Las sienes me palpitan como si viniese de un maratón. Las manos me tiemblan y solo deseo que esto pase pronto.
No me había percatado, pero un niño que va en brazos de su madre me esta observando, por la expresión de su rostro noto que tiene algo de tiempo haciéndolo; en lo que fijo mi mirada en él, se sonríe y mi rabia aumenta; no quiero ver sonrisas, solo deseo ver desolación a mi alrededor.
En este momento deseo que la peste brote desde las alcantarillas, que los ríos se desborden de su cauce.
Estoy en el subterráneo y me encuentro desubicado. No sé en que momento entré ni en que estación me he bajado, todas me parecen iguales y la música que está puesta en los parlantes me parece abominable.
Pienso en el hambre del mundo y me provoca reír. Pienso en estar postrado en una cama moribundo y creo que seria el mejor lugar del mundo.
Salgo a la calle y comienzo a respirar de nuevo algo de aire, esta igual de impuro, pero al menos la gente no irrumpe mi espacio.
Con cada paso que doy la intensidad de lo que he venido sintiendo va disminuyendo, el calor se va disipando y le da espacio a una frescura producto del sudor y la brisa.
Respiro profundo y la calle vuelve a cobrar sentido. He vuelto a la realidad y sigo pensando: supongo que este tipo de sentimientos los ha de tener todo el mundo, ¿no?
J.D.R. 09/11/11